Impresiones lúdicas (y 4)
Las vacaciones de verano las he pasado en Alemania, donde he jugado (y comprado) muchos juegos. De hecho, he jugado a tantos juegos nuevos que voy a hacer los comentarios sobre ellos en varias entradas, porque serían demasiados para una sola. Y supongo que después de esta entrega y de la siguiente aún vendrán más, porque este fin de semana largo (el día 11 es festivo en Cataluña) me voy a Homínidos donde espero jugar a muchos juegos nuevos más.
Fluch der Mumie (2008)
Extracto (de memoria) de una conversación real entre mi novia y yo, hablando de este juego:
YO: Si este juego hubiera salido cuando era pequeño, estoy seguro de que estaría flipando con él.
MI NOVIA: Pero... ¡ya estás flipando con él ahora!
Y ciertamente, tiene razón. Como ya he dicho en alguna ocasión anterior, hablando de Rattle Snake, los imanes me fascinan y, por propiedad transitiva, los juegos con imanes también.
Fluch der Mumie (La maldición de la momia) funciona muy bien y es muy tenso. Utiliza un sistema de dados muy curioso que regula a la vez el movimiento de los aventureros y de la momia (un jugador hace de momia que intenta cazar a los aventureros), y que permite que la momia juegue incluso fuera de su turno, entre los turnos de los otros jugadores.
Según explican en Jugam@s Todos el juego tiene edición internacional, incluyendo el castellano entre sus idiomas, aunque parece que es imposible de encontrar. Una pena, porque es un juego que puede encontrar hueco en casi cualquier ludoteca.
Keltis: Das Kartenspiel (2009)
De Lost Cities, un juego de cartas para dos jugadores, salió Keltis, un juego de tablero para dos a cuatro jugadores que, además, ganó el Spiel des Jahres 2008. Y ahora, del juego de tablero sale un juego de cartas para dos a cuatro jugadores. Semejante pirueta "aprovechativa" de un juego sólo podía ser fruto de Reiner Knizia, que desde hace unos años parece que ha sustituido por completo originalidad por eficacia y rentabilidad.
Sin embargo, por los pocos euros que vale el juego de cartas de Keltis (comprado directamente en Alemania me ha costado 6€) es un juego que merece la pena y que, incluso, me gusta más que su hermano mayor de tablero, porque es muy más directo: sólo se juegan cartas, no hay que jugar cartas, mover pieza, coger ficha, contar puntos...
Se parece mucho al juego de tablero pero, por ejemplo, la forma de conseguir las piedras de deseo es diferente.
Viene presentado en una caja pequeña, igual a las que ha utilizado desde siempre Amigo Spiele para sus juegos de cartas, así que ocupa muy poco espacio y es muy portátil.
Zack & Pack (2008)
Antes de nada, un aviso para los que odian comprar cajas llenas de aire. No lo he comprobado, pero creo que los componentes de juego cabrían perfectamente en una caja del tamaño utilizado en las expansiones de Carcassonne. Sin embargo, viene en una caja cuadrada de tamaño Los Colonos de Catán... La razones de mercado, son eso, razones de mercado (lo sé, acabo de decir una absoluta perogrullada).
En el juego los jugadores tienen que elegir el camión más adecuado para cargar todas sus piezas (fichas de madera, desde cubos hasta barras), y esta elección se hace en tiempo real y simultáneamente. O sea, que hay que saber estimar a simple vista el volumen de la carga que tenemos y escoger el camión más adecuado porque si sobra carga, hay que pagar, y si sobra espacio en el camión, también hay que pagar.
Por el tamaño de la caja, por el precio y por la duración de la partida no es un filler, pero es un juego divertido y tonto (en el buen sentido de la palabra, ya me entendéis) que acostumbra a gustar cuando se saca a la mesa. El problema, habitual en el tipo de juego que se trata, es que es posible que a algunos jugadores se les dé mucho mejor que a los demás, y viceversa.
Ticket to Ride: El juego de cartas (2008)
Lo bueno de fiarse del gusto y las recomendaciones de los amigos es que normalmente se coincide en gustos con ellos. Lo malo es acabar comprando este mal remedo de Mamma Mia!
Toda la tensión de las versiones de tablero se pierde. La posibilidad de perder una ruta porque otro jugador la haga antes no existe en el juego de cartas, y se sustituye por la posibilidad de perder algunas cartas si otro jugador juega más del mismo color. El elemento de memoria introducido es necesario para que el juego funcione y recupere el interés que se ha perdido al no haber conflicto por la rutas, pero lo hace muy frustrante y exige una concentración durante la partida que elimina la posibilidad de cualquier tipo de "metadiversión" relacionada con el juego. Es decir, los jugadores tienen la cabeza tan ocupada memorizando lo que han jugado (o creen haber jugado) que la charla intrascendente, los chistes malos y demás comentarios habituales durante una partida se pierden por completo.
Los dibujos de los trenes de las cartas son bonitos, pero es lo único que tiene este juego relacionado con el tema de los trenes. El juego de tablero podría tener otro tema, pero el que tiene parece y se siente natural. Mientras que en este caso, en el juego de cartas, el tema es lo de menos y podría ser cualquier otro porque no hay la sensación de estar conectando ciudades.
Algunos juegos son divertidos. Otros plantean un reto. Algunos juegos (los mejores, normalmente) son las dos cosas a la vez: divertidos y desafiantes. Sin embargo el juego de cartas de Ticket to Ride no es divertido (la cabeza está muy ocupada memorizando), no es desafiante (hay poco control y es muy fácil equivocar la cuenta), y eso provoca que, al menos en mi caso, jugarlo me resulte una experiencia desagradable. Y lo tengo muy claro: juego para divertirme, si un juego no sólo no me divierte sino que además me lo hace pasar mal, entonces no es un juego para mí.
Por cierto, el juego aún lo tengo. Se salva de la quema porque a mi novia sí le gusta.
Pues yo nunca he intentando memorizar las cartas de Ticket to Ride... que conste.
ResponderEliminarah, sí, por cierto, señores... yo le recomendé este juego XD *sigh* (con lo bueno que es)
Yo sí que lo he hecho, y he conseguido ganar gracias a ello. Pero eso ha hecho que no me haya divertido jugando. Y mira que es chungo que no me guste un juego en el que consigo ganar. :-)
ResponderEliminarAcabo de comprarme el juego de la momia para regalarselo a mis sobrinos. Seguro que flipan porque es un juego precioso.
ResponderEliminarHe jugado una partida a dos para aprenderme las reglas (que son bien faciles de explicar) y me he dado cuenta que a dos el juego pierde mucho.
El aventurero no tiene ninguna prisa en obtener los tesoros y por tanto no corre ningun riesgo. Es casi imposible que pierda la partida.
Estoy seguro que a mas de dos la cosa cambia. Porque no solo juegas contra la momia, sino que si no te das prisa, otro aventurero termina y gana antes que tu. Asi que hay que correr riesgos, que es lo divertido.
Ha sido una compra muy buena. Ahora solo me queda problarlo con los sobris...
Nunca lo he jugado a dos, siempre con tres o cuatro jugadores. Pero lo que dices tiene mucho sentido.
ResponderEliminarEstoy seguro de que a tus sobrinos les va a encantar el juego.
Un saludo.