sábado, 24 de febrero de 2007

Cita: El dilema del prisionero

"Las personas aprenden a jugar al participar en las tres en raya, el bridge, las damas, el ajedrez, el Trivial, las palabras cruzadas, etc. Todos estos juegos [...] la única compensación que ofrecen al jugador es la satisfacción de ganar a costa de los demás, que pierden. Lo mismo sucede con algunos juegos que no parecen ajustarse a la tipología [...]. Por ejemplo, en el Monopoly se obtienen «terrenos» y «dinero en metálico», pero al finalizar el juego lo que se tiene en cuenta es su valor en el papel moneda del Monopoly, y por tanto lo único que importa es quién ha ganado."

El dilema del prisionero, de William Poundstone

Fuera del discurso del libro esta cita queda un poco descontextualizada, pero, cuando jugáis, ¿realmente lo único que importa es quién ha ganado? ¿O importa más el acto mismo de jugar y el que alguien deba ganar es simplemente un requerimiento para que el juego sea interesante?

6 comentarios:

  1. En mi caso, claramente el acto de jugar es lo fundamental. Soy de los que, básicamente, no le dan ninguna importancia al ganar o perder. Por supuesto, intento ganar, porque intento hacerlo lo mejor posible, pero disfruto viendo como buenas jugadas de otros sirven para ganarme.
    Mejor tres horas perdiendo, que media ganando...

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  2. Buena filosofía Javi. Yo también la comporta y supongo que casi todos los habituales de esta afición también, porque lo que realmente nos gusta es jugar y, como tú dices, cuanto más mejor.

    Un saludo.

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  3. Después de muchos años jugando seguro que todos hemos visto todo tipo de actitudes extremas a este respecto, incluso de gente muy habituada a jugar.
    Lo que siempre me pregunto yo, es si las reglas de los juegos fomentan esa competitividad como principal recompensa o es algo que se aprende de niño con otras experiencias vitales y luego se refleja en los juegos.

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  4. Buen apunte Artuto.

    Supongo que de niño la competitividad puede ser importante porque ayuda a reafirmarse, pero precisamente los niños son los que mejor saben jugar sin competir, simplemente por jugar. Parece que somos los mayores los que sólo sabemos jugar compitiendo.

    En mi caso hay juegos que no me gustan porque sólo veo en ellos competitividad, echando en falta una ambientación o unas mecánicas atrayentes, divertidas y agradables, llegando al extremo de que me resultan desagradables de jugar porque no los disfruto.

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  5. Hay que jugar a ganar. Pero no hay que confundirlo con jugar para ganar.

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  6. Cierto jg. Cuántas buenas partidas se han perdido porque algunos jugadores se han olvidado de jugar y sólo han intentado ganar.

    Un saludo.

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