En la vida real es conveniente plantearse las consecuencias de nuestras acciones, porque no sólo nos pueden afectar a nosotros, sino también a otras personas. No hacerlo sería irresponsable.
Algunos juegos son (o pretenden ser) una simulación de la vida o de algunos aspectos de ésta. En ellos se puede experimentar el resultado de tomar una acción despreocupándose de sus consecuencias; la consecuencia última sólo puede ser perder la partida.
Puede parecer una actitud contraria al juego, porque el objetivo determinado en un juego es jugar y ganar, o jugar por jugar, pero no jugar y experimentar. Sin embargo, ¿en qué otro ámbito se puede experimentar sin temer más consecuencias para nosotros o para otros que el ganar o perder la partida?
Aunque, si se juega para experimentar, es posible que los compañeros de juego lo entiendan como algo irracional que interfiere con su estrategia, concebida para enfrentarse a oponentes que toman decisiones racionales y ajustadas a las reglas de juego. Esto se puede considerar como una consecuencia de nuestras acciones en otros.
Los juegos pueden ser un refugio temporal porque al menos, y a diferencia de la vida real, tienen un reglamento al que atenerse. En la vida las reglas no están escritas, no son invariables, y no siempre se interpretan y se aplican de la misma manera.
Aquí un servidor, preocupado de sus decisiones.
En la mayoría de los juegos se pueden reproducir las condiciones iniciales y volver a probar. En la vida no. Ya sabes, "La insoportable levedad del ser".
ResponderEliminarLo peor es que no creo que eso haga la vida más excitante ;-)
¡Cuánta razón tienes Arturo!
ResponderEliminarLa incertidumbre y la irreversibilidad son inevitables, pero tocan bastante los cataplines ;-)
Un saludo.
Tenía guardada otra reflexión a la que llamaste "emoción", del 23 de septiembre, porque me parecía una forma muy poética de hablar sobre el mundo de los juegos y la similitud con la vida, me gustó mucho. Pero ésta también me la guardo.
ResponderEliminarA lo mejor tienes que pensar en ser escritor...
Muchas gracias Almudena.
ResponderEliminarUn saludo.