Juegos de cartas que rompen su esencia

Pese a lo místico que puede parecer el título, esta entrada trata sobre juegos. No, aún no me dejado engañar por ninguna secta.

Hay varios juegos de cartas alemanes (¡cómo no!) que me llaman mucho la atención porque alguna de sus reglas rompe por completo con lo que son los juegos de cartas tradicionales.

En Gargon, el dorso de la carta da información (indica el color de la carta).Las cartas para robar no se ponen en una pila, sino en dos abanicos que se despliegan sobre la mesa, esto, en combinación el dorso de color,permite que el jugador tenga cierto control sobre las cartas que va arobar.

La regla principal de Bohnanza, es que no se puede reorganizar la mano: las cartas se deben mantener y jugar en el mismo orden en que se han robado. Esto provoca miradas de incredulidad entre los jugadores que nunca han jugado, y, para qué negarlo, ciertos problemas de nerviosismo entre quien está acostumbrado a juguetear continuamente con las cartas de su mano.

En Land Unter, las cartas se reparten una vez al principio de la partida. Cada jugador descarta a un montón propio; no hay un montón común de descartes. El propósito de ello es que al finalizar la ronda cada jugador pasa al de su izquierda las cartas con las que ha jugado. La partida acaba cuando todos los jugadores han jugado una ronda con cada grupo de cartas. Es un mecanismo adaptado del Bridge Duplicado.

San Juan utiliza las cartas de varias maneras: en la mano son edificios a construir, pero también dinero; sobre la mesa, boca arriba, son edificios construidos; boca abajo, sobre un edificio, representan mercancías. Las cartas se ponen en la pila de descartes boca abajo,para que no se sepa qué carta es la que se ha usado como dinero o como mercancía. En la primera partida puede haber un poco de confusión entre cuál es la pila de robar y cuál la de descartes.

¿Sabéis de algún juego de cartas que, como éstos, rompa sus reglas tradicionales?