Attika
Attika es unaexcepción en la tónica general de los juegos diseñados por Marcel-André Casasola Merkle. Casi todos son juegos de cartas con algún aspecto inusual, mientras que Attika es un juego de "tile-laying" (poner losetas).
Attika está ambientado en la antigua Grecia, aunque, como en muchos juegos de estilo alemán, la ambientación es accesoria. A pesar de ello,el diseño gráfico está muy cuidado y tiene un aspecto griego realmente atractivo. La calidad de los materiales es también excelente, algohabitual en los juegos producidos en Alemania.
El tablero está formado por bloques de siete hexágonos y por algunaspiezas que representan templos. Según la cantidad de jugadores (de 2 a4) el tablero empieza siendo más o menos grande, y, durante la partida,va creciendo.
Como se puede apreciar en la imagen, los templos son piezas en 3D.
Cada jugador tiene 30 edificios, los mismos para todos. Cadaedificio tiene un coste de construcción indicado en elementos depaisaje. Para situar un edificio en el tablero se debe pagar estecoste. Para ello se pueden aprovechar los elementos de paisaje impresosen el tablero, y el resto se deben pagar utilizando cartas de paisajeque tienen los mismos símbolos. Es algo similar a los costes deconstrucción en Los Colonos de Catán.
Las cuatro capitales. Fijaos en el coste de construcción: agua, bosque, colina y montaña.
Si se consigue construir los edificios en un orden específico, indicadoen el tablero que tiene cada jugador, el coste de construcción puedellegar a ser gratuito. Además, cuando se contruye un grupo de edificiosde manera que todos sean adyacentes entre sí se consigue una ánfora,que se utiliza para jugar turnos adicionales.
Todoslos tableros de jugador son iguales. Sólo varía el color. En él seindican los grupos de edificios y el orden que se debe seguir paraobtener la construcción gratuita.
La partida sepuede ganar de dos maneras: siendo el primer jugador en construir los30 edificios, o conectando dos templos con una línea ininterrumpida deedificios.
Attika está a medio camino entre un juego abstracto y un juego de estilo alemán. Reducido a su esencia más básica se podría considerar una variante avanzada de juegos de conexión como Hex,pero con un sistema añadido de gestión y construcción para situar laspiezas sobre el tablero. Quizá por este motivo Attika realmente brillacomo juego para 2 jugadores.
En Attika también hay un importante componente de azar: al principio dela partida los edificios se barajan y se disponen en varias pilas bocaabajo, de las cuales deberá ir robándolos el jugador. Esto me hacerecordar al Backgammon, uno de los pocos juegos abstractos querealmente me gustan. En Attika, como en el Backgammon, no es suficientecon tener una buena táctica, también se debe ser capaz de adaptarla alos designios de la suerte; y, aún más, se debe intentar controlar elazar.
Y, para terminar, un pequeño comentario sobre una práctica habitual entre los jugadores de Attika, que comparto y recomiendo. Fijaos en la siguiente imagen:
Las fichas que hay sobre los edificiosno se proporcionan con el juego, pero se acostumbran a usar. Cada vez que se construye un edificio, el jugador pone una ficha en su equivalente en su tablero de jugador para indicar que lo ha construido.Una vez completado un grupo de edificios en el tablero de jugador, se comprueba si todos ellos son adyacentes entre sí en tablero de juego y conseguir, así, el ánfora que permitirá jugar turnos adicionales. Esto evita que los jugadores deban estar comprobando en todo momento si han construido o no todo un grupo de edificios.
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