Hace unas semanas, una amiga, la misma con la que suelo perder jugando a Exploradores, me invitó a su cena de cumpleaños. Me pidió que llevara algún juego para la sobremesa.
Considerando cuántos íbamos a ser y que, aparte de ella y de mí, ninguno era jugador habitual, pensé que la mejor opción era Los Hombres Lobo de Castronegro, porque permite jugar a mucha gente (bueno, más bien, necesita de), es sencillo de explicar, aún más de jugar y acostumbra a gustar.
Cuando llegó el momento de la partida la gente se dividió en dos bandos: los que iban a jugar y los que no. Entre los primeros los había más entusiasmados que otros. Algunos de los que iban a jugar lo estaban haciendo, claramente, por compromiso.
Los Hombres Lobo de Castronegro tiene más de experimento psicológico que de juego, así que las reglas a recordar son extremadamente sencillas. La regla más importante es: cuando hay que mantener los ojos cerrados, se deben mantener los ojos cerrados. Enunciada así puede parecer una tontería, pero es la base del juego.
Durante la partida quedó bastante claro quién se tomó en serio el juego y quién no. Los primeros cerraban y mantenían cerrados los ojos cuando era el momento, los abrían cuando se les indicaba, participaban en las discusiones, votaban. Los segundos apenas atendieron a la explicación, abrían los ojos en mitad de la noche, no atendían a las discusiones…
Los que se implicaron en el juego, escucharon la explicación de las reglas con atención y jugaron “seriamente” quedaron encantados con la experiencia. Se divirtieron jugando. Los que no lo hicieron, los que no se tomaron en serio el juego, acabaron con la opinión de que había sido una pérdida de tiempo.
La conclusión es casi un oxímoron: si no se juega en serio no es divertido.
A eso añadiría otra premisa por mi experiencia, no hay que obligar a jugar a quién no quiere. Boicoteará el juego.
ResponderEliminarPienso que los que jugamos a estos juegos tenemos un plus de inquietud. Es decir, "buscamos algo mas". Si encuentras a alguien abierto, que tenga curiosidad por conocer qué es eso que tanto te gusta y de lo que escribes en tu blog, quizás le guste. Como vaya pensando "- vaya chorrada de crios", olvídate. Te desesperarás y a él no le gustará.
Tienes toda la razón, Joe.
ResponderEliminarEn este caso yo no obligué a nadie a jugar, porque ni siquiera fui yo quien propuso, al final de la cena, la partida.
Lo que comentas de "vaya chorrada de críos" estoy seguro que algunos de los que nos miraban jugar, y con autosuficiencia se reían, lo pensaban.
Pero, sinceramente, no me importa. A fin de cuentas yo sé lo bien que me lo paso jugando.
Algo parecido me pasó la primera vez que jugué con mi familia al hombres lobo. La primera partida tuve que suspenderla; casi todos miraban durante la noche y tenían esa risa nerviosa del que está inseguro y no sabe a que se expone. Se escucharon voces de protesta y hubo intentos de deserción, pero bastó con un pequeño golpe de mando y pedir un poco de paciencia para que en la segunda partida comenzase a funcionar la mecánica de un juego que, hasta ahora, a todos ha encantado. Sobre los que miran con autosuficiencia: creo que sólo son personas tímidas e inseguras que disfrazan bajo esa prepotencia y madurez el miedo al ridículo y a lo desconocido, poniendo barreras innecesarias a sus relaciones con los demás.
ResponderEliminarLo dicho, Dingolon, Hombres Lobo no es un juego: es una manera de ver cómo se comporta la gente. Se nota que su inventor original era profesor de psicología.
ResponderEliminarUn saludo.
No hay nada más frustrante, al menos para mí, que intentar enseñar jugar a algún juego y que la gente se lo tome a chirigota; máxime cuando no le pones una pistola en el pecho a nadie y ellos mismos se ofrecen voluntarios para participar de forma "encantada"
ResponderEliminarAl margen de esto, sigo pensando que el gran problema que tenemos en nuestra sociedad es que los juegos siguen siendo vistos como algo pra frkis y/o de niños. hasta que no se erradique ese erroneo pensamiento, el impulso verdadero no será, me temo, suficiente.
Un Saludo. Jsper
En esos casos creo que la mejor actitud es parar en seco la partida. Sin malos rollos, pero en seco.
ResponderEliminarNi ellos están disfrutando el juego, ni tú te lo estás pasando bien.
Aunque a veces es difícil.