viernes, 24 de octubre de 2008

Regalo lúdico de cumpleaños

Este año no he ido al Festival de Juegos de Córdoba.

Sin embargo, el festival, en cierto modo, sí ha venido hasta mí.

A la izquierda podéis ver la carta número 37 de ¡Toma 6! firmada y dedicada para mí por su diseñador, Wolfgang Kramer.

Es un regalo de cumpleaños de mi amigo, y compañero de bitácora, Bascu.

¿Por qué lo del 37?

Eso es otra historia, para otro lugar y para otro momento ;-)


jueves, 23 de octubre de 2008

Worm Up - Traducción

Curioseando en la lista de lanzamientos para Essen 2008 de BoardGameNews, me encontré con este juego que me llamó mucho la atención.

Es una reedición de un juego que, según BoardGameGeek, fue editado en 1994. Se trata de una carrera de gusanos. Cada gusano está formado por siete segmentos y para hacerlos avanzar hay que trasladar los segmentos desde la cola del gusano hasta la cabeza.

No lo he jugado nunca, pero tiene pinta de ser bastante divertido y curioso. Además, es un juego muy fácil de apañar usando elementos de otros juegos (o tapones de botella), así que no hay excusa para no probarlo antes de comprarlo.

En BoardGameGeek hay una variante para jugarlo en vivo, en la cual cada gusano está compuesto por siete personas...

Aquí tenéis la traducción, realizada a partir de las reglas oficiales en inglés:


lunes, 13 de octubre de 2008

Recibido: Backgammon y 43 crímenes para resolver

Me acaban de llegar dos libros más de la colección juegos de libros de bolsillo de RBA.

43 crímenes para resolver es un libro de acertijos. Me resulta bastante más interesante que el resto de libros de tipo similar presentados en esta colección porque los acertijos están enmarcados en pequeñas historias, y hay que resolverlos como si fuéramos un detective.

Backgammon es un libro especialmente interesante para mí. Los juegos abstractos no me acostumbran a gustar, pero el backgammon es uno de mis juegos preferidos, así que un libro que trate sobre él es siempre bienvenido.

Se trata de un libro muy corto (apenas 130 páginas) y con muchas ilustraciones (el tablero de juego durante la partida), pero que en tan poca extensión incluye una explicación de todo lo relacionado con el backgammon, consejos de juego y estrategia, variantes, problemas de juego a resolver (con sus correspondientes soluciones). En definitiva, un libro imprescindible para recomendar a quien se quiera iniciar en el backgammon, el más cruel de los juegos; en el cual un novato con suerte puede ganar al más avezado de los jugadores, y en el que si se confía demasiado en la suerte siempre gana la experiencia.

jueves, 2 de octubre de 2008

Las tres (o más) condiciones que casi nunca cumplen los juegos

Hay aspectos prácticos de los juegos de mesa que acostumbran a ser ignorados por los editores que, sin embargo, a los jugadores habituales nos afectan. Estoy olvidando a propósito cuestiones económicas y comerciales, y hablando sólo desde el punto de vista del jugador que quiere, egoístamente, el producto que mejor responda a sus necesidades.

Entre todos ellos, hay tres que creo que son los principales:

1. Tamaño de las cartas

Las cartas son de los elementos de un juego que más sufren. Se barajan una y otra vez, se ponen sobre la mesa y se recogen. Reciben el sudor de las manos que las sostienen, pueden acabar con manchas de aceite si se come mientras se juega. Los jugadores poco cuidadosos acostumbran a doblarlas...

La solución a esto es sencilla y barata: fundas de plástico.

Sin embargo, parece existir algún tipo de conjura, porque la excepción es encontrar juegos con las cartas del tamaño adecuado para ser enfundadas. O son muy grandes, y no caben; o son muy pequeñas, y bailan dentro de las fundas.

¿Tanto cuesta usar el tamaño estándar?

Por supuesto, hay casos en los que ese tamaño no se puede usar porque no resultaría práctico: si las cartas de investigador en Arkham Horror fueran de tamaño funda haría falta un estadio para desplegar el juego.

2. Tamaño de la caja

Queremos comprar un juego, no una caja conteniendo aire.

Comprendo la estandarización de tamaños, que una caja más grande permite un precio mayor, que luce más en la estantería de la tienda... pero cuando un juego podría caber en una caja cuatro veces más pequeña...

Un ejemplo: en la caja de Ave Caesar he llegado a hacer caber:

  • el propio Ave Caesar
  • Pandemic
  • That's Life
  • Sushizock im Gockelwok
  • Volle Wolle
3. Ayudas de juego y resúmenes de reglas

La BSK y el BGG están llenos de ayudas de juego y de resúmenes de reglas. En muchos juegos son un elemento imprescindible, sin el cual se hace incómodo explicar y jugar el juego, porque hay que estar continuamente remitiéndose a un reglamento que está pensado para enseñar a jugar, no para servir de consulta durante la partida.

Como en el punto 1, lo normal es que no se incluyan estos elementos y en los casos excepcionales en que sí se ha hecho su utilidad acostumbra a ser limitada.

Y más...

¿Se os ocurre alguna más?

Actualización: Añado algunas de las sugerencias fruto de los comentarios.

4. Bolsas de autocierre

Pocas cosas son más comunes y baratas que una bolsa con autocierre, y sin embargo acostumbran a ser difíciles de encontrar. En los supermercados se pueden encontrar bolsas para congelar alimentos, pero acostumbran a ser demasiado grandes y muchas tienen motivos dibujados... y no queda muy serio guardar las fichas de daño en una bolsa con tomates dibujados.

Para guardar los componentes de un juego, evitar que se pierdan y se muevan durante el transporte son la solución idónea. Pero pocos, poquísimos juegos las incluyen.

5. Cubetas útiles

La cubeta es la parte de la caja, ya sea de plástico o cartón, destinada a contener los componentes del juego una vez destroquelados. Algunas son minimalistas, otras tienen un compartimento para cada componente, otras son genéricas y no hay manera de entender dónde va cada cosa. Algunas son útiles sólo si el juego no se va a transportar o se va a almacenar horizontalmente (como la de Elasund, que a la que se pone la caja de lado se sale todo de sitio).

Además, poquísimas veces se ha pensado en dejar el espacio suficiente para guardar las cartas enfundadas (de hecho, ahora mismo no se me ocurre ningún ejemplo).

Creo que entre una cubeta inútil y una caja sin cubeta pero que incluya de serie las bolsas con autocierre para guardar los componentes, todos nos decantaríamos por la segunda opción.

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